Tras una época difícil en que se aliaba con sus amigas Lindsay Lohan y Paris Hilton para organizar las fiestas más salvajes, cuando se rapaba la cabeza o perdía la custodia de sus hijos, a Britney Spears le llegó el sosiego y el amor.
Ese periodo oscuro de su vida parece haber quedado tan atrás. La 'Princesa del pop' se enamoró del fisicoculturista Sam Asghari quien la "hace sentir la chica más afortunada del planeta".
Se conocieron durante el rodaje del video de 'Slumber party', cuando tuvieron que esperar juntos 20 minutos. Durante este 'tiempo muerto' empezaron a charlar y la atracción los envolvió.
"Teníamos que grabar una escena en la que yo caminaba desde el pasillo hasta la cama de la habitación y tuvimos que esperar unos veinte minutos entre toma y toma, por lo que nos vimos forzados a hablar el uno con el otro", ha contado la icónica cantante.
"El caso es que me acabó dando su número y cinco meses después me encuentro la nota en la mochila. Y pensé: 'Pues es muy mono' (guapo). Así que le llamé y ahí empezó todo… Es un chico muy divertido".
Sam es iraní de nacimiento, pero lleva 9 años en Estados Unidos. Fue jugador de fútbol americano, atleta y ahora es entrenador personal. Tiene 23 años, 13 menos que Britney, pero comparten pasión por la comida asiática y especialmente por el sushi. En sus instantáneas de Instagram, se dejan ver así: