El juez estadounidense que lleva el caso de extradición del expresidente del Perú, Alejandro Toledo (2001-2006), acusado en su país de corrupción, indicó a última hora del viernes que pospuso para el 29 de agosto la vista en la que se reconsiderará si sale en libertad bajo fianza.
Esa audiencia estaba inicialmente programada para el 22 de agosto, pero después de que la defensa del exmandatario presentara documentos oponiéndose al encarcelamiento de Toledo el viernes, el juez Thomas Hixson decidió dar una semana de margen a la Fiscalía para responder.
“La Corte querría recibir la respuesta del Gobierno en relación al escrito de oposición de Alejandro Toledo a su detención. El Gobierno tiene como límite para su respuesta el 23 de agosto. La vista para la libertad bajo fianza se pospone hasta el viernes 29 a las 10 de la mañana”, indicó la orden del magistrado.
Horas antes de que Hixson optara por posponer la próxima vista, el nuevo abogado de Alejandro Toledo, Graham Archer, asignado de oficio después de que el defensor que lo representó en las dos primeras vistas ante el juez renunciara al caso, aportó a la corte varios documentos para que se reconsiderara su encarcelamiento.
Se pronunció en carta
“Mi esposa y yo no tenemos intención de vivir en ningún otro lugar que no sea California. Quiero que esté usted seguro de ello”, se dirigió el exmandatario por escrito al juez del distrito Norte de California, que lleva su caso desde que fue detenido en julio.
Con estas palabras, Alejandro Toledo busca demostrar arraigo en California (EE.UU.) para así poder salir en libertad bajo fianza, algo que este mismo juez ya le denegó a finales de julio, pero que tras la llegada del nuevo abogado del expresidente se ha mostrado abierto a reconsiderar.
Toledo pasa sus días en la cárcel de Santa Rita del suburbio californiano de Dublin, en Estados Unidos, aislado del resto de reclusos, bajo altas medidas de seguridad y con solo una hora de acceso al patio cada dos días.
Toledo está acusado de haber recibido hasta 35 millones de dólares de Odebrecht a cambio de favorecer a la constructora brasileña en sus negocios en Perú cuando él aún era presidente, y ha pasado los últimos dos años prófugo de la Justicia peruana residiendo en la localidad de Menlo Park (California), cerca de San Francisco.
El expresidente siempre ha defendido que las acusaciones en su contra son una mentira, fruto de la “persecución política” de la que es objeto por parte de sus “enemigos”, aun cuando cada vez se corroboran más pruebas que apuntan a que recibió grandes cantidades de dinero de Odebrecht y que utilizó mecanismos de blanqueo de dinero para ocultar su origen.
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