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El duque y la duquesa de Sussex, Harry y Meghan Markle, anunciaron la decisión de dar “un paso atrás” como “miembros sénior” de la Casa Real británica. Se trata de un “hecho sin precedentes” en la historia reciente de la monarquía británica. Desde 1936, cuando el rey Eduardo VIII abdicó para así casarse con la divorciada estadounidense Wallis Simpson, no había ocurrido algo similar.
“Pretendemos dar un paso atrás en nuestro papel de miembros sénior de la familia real y trabajar para ser económicamente independientes, a la vez que continuará nuestro pleno apoyo a su majestad. (...) Planeamos equilibrar nuestro tiempo entre el Reino Unido y América del Norte y seguir cumpliendo con nuestros deberes respecto a la reina, la Commonwealth [Comunidad de Naciones] y las organizaciones de nuestro patronazgo. Este equilibrio geográfico nos permitirá educar a nuestro hijo en el aprecio a la tradición real en la que nació, a la vez que aportará espacio a nuestra familia para enfocarnos en un nuevo capítulo [de su vida]”, decía el comunicado hecho público a través de la cuenta oficial de los duques en Instagram.
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El anuncio del príncipe Harry y Meghan tomó por sorpresa a muchos, sobre todo en el Reino Unido; pero hay varias claves que explican los motivos que les llevó a tomar esta decisión.
Según el mismo comunicado de del duque y la duquesa de Sussex, esta decisión llega después de muchos meses de reflexión y discusiones al seno de la familia.
En octubre de 2019, todos en el Reino Unido tuvieron la oportunidad de conocer la mentalidad de la pareja a través de un documental filmado durante una gira por África. En el audiovisual, Meghan confiesa que adaptarse a la vida real había sido “difícil” y que no estaba preparada para el nivel de escrutinio intenso de los medios al que estaba sometida.
Además, Meghan Markle admitió que no podía sobrellevarlo. “Le he dicho durante mucho tiempo a H, así es como lo llamo, que no es suficiente sobrevivir a algo, ese no es el punto de la vida. Tienes que superarlo”, señaló.
A su turno, el príncipe Harry describió su salud mental y la forma en que maneja las presiones de su vida como un “manejo de riesgos constante”.
De acuerdo a la BBC, tras la decisión tomada por la pareja real había “grandes porciones del trabajo de la familia real que simplemente no podía soportar”.
Por otro lado, esta decisión es el resultado de los propios intereses de la casa real en redimensionar el papel de sus miembros y centrar el foco en la primera línea (Carlos de Inglaterra, el futuro rey, y su heredero Guillermo), y de la necesidad de Enrique y Meghan de tomar aire y escapar de la prensa amarilla británica.
Se sabe que la llegada de la actriz estadounidense a la familia real fue acogida en un principio como un soplo de aire fresco en una institución anquilosada. Pero el entusiasmo duró poco, y los tabloides comenzaron de inmediato a convertirla en el objetivo de sus críticas.
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Asimismo, en los últimos años, los duques de Sussex no han dejado de realizar gestos de separación de las costumbres y protocolos de Buckingham, que, en la familia real adquieren la categoría de ofensa.
Por ejemplo, escaparse de la visita tradicional del verano, junto al resto de miembros de la casa de los Windsor, a la residencia escocesa de Balmoral donde Isabel II pasa gran parte del año; o retrasar la presentación en sociedad de su hijo Archie después del parto, o renunciar a su residencia en el palacio londinense de Kensington, que compartían con los duques de Cambridge, para irse a vivir al campo; son solo algunas de las decisiones que habrían generado la ruptura dentro del seno familiar real.
Finalmente, lo que terminó por volver insoportable la convivencia en el reino ha sido la constante comparación de Markle con Middleton de los medios que, bajo sus criterios, la valoración de una solo podía realizarse en detrimento de la otra. Esto generó, incluso, dos bandos irreconciliables dentro de a la prensa británicos. Donde un grupo conservador veía rasgos de frivolidad y formas caprichosas y plebeyas; los medios de izquierda
Pero, sobre todo, ha sido la comparación constante de Markle con Middleton (la valoración de una, bajo el prisma de los medios, solo podía realizarse en detrimento de la otra) la que ha vuelto insoportable la convivencia.