Vanna Pedraglio
Head coach en Vanna
Instagram: vannaped y sistema_vanna / Web: www.vanna.pe
Consumir azúcares y carbohidratos en exceso, como todos sabemos, puede ser muy perjudicial para nuestra salud. Lo interesante es que su asimilación está relacionada, pues los azúcares simples son las unidades mínimas que componen los carbohidratos, llamados sacáridos
A su vez, los carbohidratos pueden ser simples o complejos. ¿Qué los diferencia? Pues la cantidad de azúcares que los componen. Los carbohidratos simples están compuestos por uno o dos azúcares, mientras que los complejos tienen tres o más moléculas.
El cuerpo gasta menos energía en consumir los azúcares simples o disacáridos, pues se absorben más rápido y pasan directamente a la sangre, con excepción de la fructosa, que lleva otro camino metabólico. Los azúcares simples son la glucosa (que se encuentra en bebidas, jarabes, dulces, etc.) y la galactosa, que junto con la glucosa forman la lactosa, azúcar presente en alimentos lácteos.
Por otro lado tenemos los carbohidratos complejos, también conocidos como polisacáridos. Estos están presentes, por ejemplo, en el almidón de los cereales.
Al hablar de cereales conviene aclarar el término integral, pues suele causar confusión. Toda harina es el polvo procesado del cereal, conformado por el almidón o azúcar compuesto, el germen y el salvado o fibra. Al convertirlo en harina o polvo normalmente se le extrae el germen y el salvado, que contienen, respectivamente, los nutrientes y la fibra. O sea, al comer harina, consumimos azúcar y no el cereal entero, que es el beneficioso.
Así, lo integral normalmente es el polvo hecho harina al que no se le ha extraído sus componentes naturales; sin embargo, al convertirlo en harina se le suprime un proceso al cuerpo. Por ello, lo ideal es comer el cereal entero, ya que la fibra favorece que asimilemos menos los azúcares del almidón y, por lo tanto, evitar un pico de insulina que nos lleve a acumular grasa.
Explico esto porque el azúcar, por sobre las proteínas y las grasas, es la fuente de energía favorita del cuerpo, ya que órganos vitales como el cerebro solo se alimentan de ella. Si hay un exceso de azúcar en la sangre después de comer, será almacenada junto con el exceso de grasa o proteína en la reserva de las células adiposas. Hay que considerar que nuestro organismo está diseñado para convertir la glucosa de grasas y proteínas en energía.
Lo anterior clarifica que las dietas bajas en carbohidratos también nos nutren, porque nuestro cuerpo es eficiente produciendo azúcar de las grasas de reserva. Es más, se trata de la manera más saludable de vivir, ya que nuestros antepasados solo consumían azúcares de manera natural y por estaciones del año. Comer azúcar es delicioso, placentero, y como nuestro cerebro lo prefiere, nos recompensa al consumirla. Por este motivo es que puede llegar a convertirse en una adicción.
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